La composición por color

La composición por color  nace de un cambio radical de la concepción del color que se tuvo hasta el siglo XVII, con el Barroco.   Hasta ese momento,  el color sólo era un elemento de la composición.  Con la contrarreforma aparece un nuevo estilo, el Barroco, que introduce un cambio radical en la concepción del color y crea lo que hoy día se conoce como la composición por color.  

Los aportes del movimiento al arte proponen una nueva valoración de la luz y del color en la composición. Una de las consecuencias inmediatas de esta novedosa visión es la aparición del concepto de la profundidad y del volumen, tal como lo conocemos hoy en día. En la Academia de Pintura y Dibujo Taure en Barcelona te enseñamos a emplear el color como un recurso fundamental para cualquiera de las artes visuales.

¿Qué es la composición por color?

La composición por color es aquella donde haciendo uso del color construimos dentro de una composición los elementos naturales de la misma. De esta forma, creamos simetría, proporción, ritmo y movimiento en perfecto equilibrio, haciendo uso del color exclusivamente.

Creando perspectiva en la composición por color

El color se puede emplear para construir perspectiva dentro de una composición. Esto significa que podemos crear la sensación de distancia y profundidad empleando un tipo de tonalidad. Para darle un tratamiento adecuado a la perspectiva se degrada el color, lo que provoca la sensación de profundidad en el espectador.  Los tonos firmes y puros siempre se ubican en el primer plano visual, mientras que los tonos degradados se van retirando al fondo del plano, creando el efecto de profundidad. 

Contribuye con la definición del color como forma, la delimitación de las figuras.  Los colores con límites más definidos se van a ubicar más cerca del espectador o en el primer plano, mientras que los colores con contornos difusos tienden a irse al fondo.

El peso del color en la composición

El peso es la fuerza de atracción visual que ejerce el tono en el ojo humano. Cada color según su grado de onda electromagnética tiene un nivel de atracción visual y un valor en una escala de fríos a calientes.  Los colores cálidos se caracterizan por tener ondas de longitud corta  y con mayor frecuencia, mientras que al otro extremos se conseguirán los colores  fríos con ondas más largas y de ondas menos frecuentes.  En la composición los colores cálidos, los oscuros y las tierras pesan más que los colores fríos, los claros y los saturados o puros. 

Los colores cálidos son los que van del rojo al amarillo, pasando por naranjas, marrones y dorados. Además de la sensación térmica, transmiten cercanía, intimidad, energía y calidez. Los colores fríos son todos los tonos que van desde el azul al verde, además de los morados.  La gama de colores fríos suele usarse para dar sensación de tristeza, soledad, tranquilidad, calma, seriedad y profesionalidad.

 

El equilibrio cromático

Con el color se crea equilibrio en la composición, a ese equilibrio cromático se le llama armonía del color.  La base para lograr la armonía del color es procurar que los valores de cada color contengan una parte común al resto de los que intervienen. Sea la armonía policroma, monocroma, por gamas de color, etc.

Otro elemento a considerar en el equilibrio cromático es asegurar la relación de peso entre dos tonos cuando trabajamos la armonía. Una fórmula para lograr el equilibrio de color entre dos tipos cromáticos de diferente peso visual, es jugar con las formas. Para ello se aumenta proporcionalmente el tamaño de las formas correspondientes al tono más ligero.  

Ley de composición de masas

Como hemos señalado antes el peso de un color es la fuerza que tiene para atraer la mirada del espectador.  En la composición las figuras llaman la atención del espectador por su tamaño, color y posición. La ley de composición de masas no se basa en la simetría, sino que se fundamenta en el equilibrio de los pesos visuales. El color, el tamaño y la posición de las formas son factores que posibilitan la creación de un equilibrio. Podemos crear simetría o equilibrio visual teniendo como recurso el color.

El movimiento y el ritmo en la composición por color

El color puede por sí sólo crear un patrón de movimiento y de ritmo en la pintura. El movimiento es la dirección de la mirada del espectador ante el cuadro. Este movimiento puede ser por hábito del espectador, por ejemplo mirar de arriba  a abajo o de izquierda a derecha. Pero, también puede ser provocado por los elementos de la composición.  En éste caso, el color por sí mismo, tiene la capacidad para crear ese movimiento.

En cuanto al ritmo, definido como  la repetición de los elementos en la composición. También puede ser provocado, creado por el color, sin ninguna otra intermediación. El ritmo puede obedecer a un patrón regular o irregular. Esto significa que puede ser producto de la repetición de un tema específico o no. En una pintura la repetición de un color establece un ritmo.

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